La remolacha es una hortaliza de color rojizo, nutritiva y sabrosa que aportará dulzor y color a nuestros platos, jugos y batidos.
De la remolacha se puede usar tanto la raíz como las hojas.
La raíz se puede comer tanto cruda como cocida, pero si la vamos a cocer es mejor hacerlo con la piel y quitársela después. Las hojas es mejor cocinarlas.
Propiedades:
Las hojas de la remolacha son ricas en vitamina A y las raíces son ricas en vitamina C.
Destaca el contenido en vitaminas del grupo B, concretamente B1, B2, B3, B6 y B9 y de provitamina A.
Respecto a los minerales, la remolacha es rica en potasio, sodio y yodo. También aporta calcio, fósforo y magnesio. Las hojas de la remolacha son ricas en hierro y calcio.
Las remolachas son ricas en fibra, tanto soluble como insoluble, rica en agua y que pese a ser rica en azucares tiene un contenido calórico moderado.
Las antocianinas, que le dan su color característico son antioxidantes. Las hojas contienen luteina, zeaxantina y flavonoides que también son antioxidantes.
Beneficios
La remolacha está especialmente indicada en pacientes con anemia, enfermedades de la sangre y en casos de larga convalecencia por su aporte de hierro, azucares y vitaminas.
Combate el estreñimiento y las hemorroides.
Mejora la función hepática.
Incentiva la producción de glóbulos rojos y blancos.
Está especialmente indicada en la dieta de las embarazadas porque su contenido en folatos asegura el correcto desarrollo del tubo neural del feto que podría ocasionar en el futuro bebe enfermedades como la espina bífida o la anencefalia.
Colabora en el funcionamiento del sistema digestivo, en la producción de energía y en el mantenimiento de las mucosas.
Los antioxidantes bloquean el efecto de los radicales libres, protegen contra ciertos tipos de cáncer y combaten el mal colesterol.
La remolacha es depurativa y diurética.
Ayuda a contrarrestar la hipertensión, la retención de líquidos y el exceso de ácido úrico