Uno de los problemas que plagan la alimentación moderna es el exceso de azucar, y todos los problemas que eso conlleva: diabetes, obesidad, caries, etc.

El Xylithol es un polialcohol, presente en la naturaleza en muchas frutas, como fresas, frambuesas o ciruelas. Nuestro organismo también lo produce como paso intermedio en varios procesos metabólicos.

Comercialmente, el Xylithol se obtiene de la madera de abedul, de ahí que sea también conocido como azúcar de madera o azúcar de abedul.

Su consumo excesivo puede tener efectos laxantes pero no se conoce toxicidad por xylithol en los humanos. Por el contrario en algunos animales, como los perros, puede ser muy peligroso.

El Xylithol y la diabetes.

El azúcar de abedul presenta un indice glucémico de 7, casi una décima parte del del azúcar. Esto ya lo convertiría en un sustituto perfecto al azúcar en los diabéticos, pero ademas no es necesaria insulina para metabolizarlo.

El Xylithol y la obesidad.

El xylithol, usado con moderación, también es recomendable en aquellos que quieran controlar su peso, pues tiene un 40% menos calorías que el azúcar.

El Xylithol y las caries.

La fermentación por las bacterias de la boca no produce ácidos, por lo que no produce caries.

El Xylithol tiene un efecto reductor del sarro y el consumo regular de azúcar de abedul promueve un entorno menos ácido en la boca y reduce la desmineralización de los dientes.

Sustituyendo los azucares por xylithol combatimos la acidez en la boca y permitimos que el esmalte y la dentina se regeneren.

Otras propiedades del azúcar de abedul.

  • Aumenta la producción de colágeno.
  • Equilibra el pH del cuerpo.
  • Refuerza el sistema inmunológico.

El Xylithol en la cocina.

Por sus propiedades y cualidades el azúcar de abedul es un sustituto idóneo al azúcar común, pero de cara a cocinar con el hay que tener en cuenta ciertas consideraciones.

  • El azúcar de abedul es estable a altas temperaturas, asi que se puede usar sin miedo a que se degrade al calentarlo mucho pero le cuesta mas caramelizar, del orden de minutos en ebullición.
  • Al no servir como alimento para las bacterias interfiere en los procesos de las levaduras, así que no es recomendable para masas fermentadas. Por el contrario si usas bicarbonato sódico no da problemas.
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